LA NUEVA INQUISICIÓN

Comenzamos una nueva etapa dentro de "Desde la otra orilla". 

En tiempos otrora, surge dentro de los Tribunales, tanto eclesiasticos como los civiles, la llamada Inquisición. En ella se juzgaban los delitos contra la fe y las buenas costumbres. Si vamos a su función, no es equivocado hacer ésto, pero siempre he mantenido, que la justicia nunca se ejecuta de manera objetiva, ya que en todo momento actúa la subjetividad del Juez ejecutor.

Tan solo el Rey Salomón (1Re 16-28), utilizó la objetividad para aplicar justicia, tal y como se lo había pedido a Dios como un don divino. De resto, ejercer el Derecho es bien dificil, porque a pesar de las pruebas que puedan presentarse, existe siempre la interpretación capciosa que desliza la balanza hacia donde el Juez desee.

Fueron muchas las injusticias cometidas, y tal como Maquiavelo lo establecía, hay momentos donde "el fin justifica los medios". Por tanto, las sentencias iban muy cargadas de esta idea, el fin de mantener los estamentos de la fe, de la sociedad a razón de que pudiesen existir elementos colaterales que pagaran las consecuencias.

Para el inicio del nuevo milenio, en su momento, la Iglesia pidió perdon al mundo nde los errores cometidos. Muchos pensaron que era un gesto de debilidad, sin embargo, personalmente pienso, que fue un tremendo acto de valentía. Poder ver al Papa, san Juan Pablo II, muy debilitado por su enfermedad, pedir perdon alm mundo por dichos actos. Sentir que esa Madre, la Iglesia, acoge a sus hijos con un amor muy especial. No los rechaza, mas los invita a sentirse en casa.

Sin embargo, dentro de ella, hay una serie de jueces inquisidores, que no han entendido el amor loco de Dios. Con pruebas o sin ellas, juzgan de forma tajante, los errores de los hermanos, en contraposición a lo requerido si seguimos a Jesús: amar a nuestros semejantes. Dios odia el mpecado, y lo debemos rechazar, aquel que nos aleja de Dios. Pero al pecador hay que buscarlo, enamorarlo y permitir que pueda sentirse tambien en casa, porque en la Iglesia, no hay acepción de personas. Pero no llegamos a entender como es verdaderamente el amor.

Hoy desde la otra orilla, te invitamos a que abras tu corazón a una nueva realidad, tal como lo establece Jesús en el Sermón de la Montaña (Mt 7, 1-5). Observa primero tu vida y certifica que estas libre de cualquier elemento de juicio, para que así puedas juzgar al otro. No seas tan ligero, ni siquiera aquellos qiue estan llamados a administrar el perdon de los pecados. Quizás es por ello, que hay hermanos que se escandalizan de las acciones de nuestros pastores, y terminan retirandose del redil de los católicos para buscar rumbos dispares a la fe adquirida.

La nueva inquisición debe enterrarse en la historia. Debemos transitar nuevos caminos, caminos de amor y tolerancia, caminos de entendimiento y de armonía. Caminos como el que transitaron los discípulos de Emaús, ansiosos de escuchar a Jesús, el verdadero Maestro y poner en práctica aquellos que decimos profesar.

Les deseo, desde la otra orilla, una feliz semana.

Comentarios

Entradas populares de este blog